XXXIV CNES - Gustavo Aranzana o el valor de la experiencia

Gustavo Aranzana Méndez, (Valladolid, 23 de marzo de 1958)

23/07/2010 Hace 30 años que Gustavo Aranzana ejerce esta profesión tan dura y maravillosa a la vez como es la de entrenar. 30 años de meritoria conciliación entre la vida laboral y la personal con sus avatares, algunas veces terribles otros ilusionantes. Vida intensa, viajera, repleta de sensaciones, repleta de baloncesto.

Llevaríamos el tango a los “30 años no es nada” y veríamos como ese chaval que dejó atónito a su padre cuando le comunicó que su destino estaba en los banquillos ha transitado con brillantez, con persistencia, con eficiencia, por el baloncesto profesional en las últimas décadas dejando tras de si el sello identificativo que sólo consiguen los buenos. Gustavo Aranzana tiene la perspectiva necesaria para contemplar la evolución del baloncesto con suficientes elementos de juicio para conseguir que cuando habla, todo aquel que respeta la experiencia, escuche.

Pero a las virtudes conocidas en una pista de baloncesto – no en vano se mantiene 25 años como profesional – se une otra seguramente mucho más importante todavía. Su experiencia acumulada le ha hecho todavía más receptivo al progreso, a la sana insolencia de nuevas generaciones que aportan nuevos métodos. Y ese progreso acompañado del peso de la experiencia convierten el producto en ciertamente potente. Gustavo reconoce que busca permanente la mejoría y la busca en los maestros y cuando cree que la ha conseguido estabilizar vuelve a buscarla en ese constante empeño por adapta sus conocimientos – muchísimos – a los tiempos actuales. Y claro todo ese ejemplo de comportamiento profesional viene impulsado por un motor invisible a le acompaña desde que empezó y que no es otro que la ilusión.

Y más allá de aspectos fundamentales en la tarea de entrenar la mejor lección que transmitió Gustavo Aranzana a todos los alumnos del Curso Superior, que firmarían todos ahora mismo recorrer una trayectoria como la suya, fue la de la humildad, la de la ilusión, la de curiosidad por ser mejor.